Senderos Vacceos
Ruta en coche 1
Comenzamos la ruta en coche en Tamariz de Campos, visitando en primer lugar la esclusa séptima y restos de la fábrica que se encuentran en el Canal de Castilla, esa obra faraónica de la ingeniería civil española que duró un siglo y apenas se dio uso para su proyecto inicial de servir como vía fluvial de comunicación y transporte de lana y cereales que solucionase el problema de aislamiento de la comarca terracampina, dándole salida a los puertos del norte.
Tamariz: Esclusa y Fábrica de harinas
Seguidamente tomamos un pequeño camino que conduce primeramente a la laguna; y después de atravesar el Sequillo por un estrecho y rústico puente aterrizamos a los pies y ruinas de la imponente torre de la iglesia de San Juan del siglo XVI. Apreciamos la bonita estampa de su maltrecha torre, y la belleza de su portada renacentista en la que destaca la figura del Padre Eterno. Un paseo por las desérticas calles del pueblo, nos lleva al "corro de San Antón", donde está la estatua de Don Purpurino que representa al Dios Hermes y que fue traída aquí desde la Fuente Dorada de Valladolid por considerarla impúdica y una interesante casa-hospital con escudo de la Santa Inquisición.
Tamariz: Iglesia de San Juan
Tomamos la carretera VP-4008 que conduce a Cuenca de Campos, no sin antes pasar junto a la ermita de Nuestra Señora del Castillo asentada sobre una terraza del Sequillo y sin detenernos en Cuenca con dirección a Villalón, continuar la ruta hacia Santervás, haciendo una breve parada en Villacarralón, otro pueblo venido a menos, donde destaca sobre el caserío, la imponente torre de la desaparecida iglesia-cementerio de San Pedro del siglo XVI.
Villacarralón: Iglesia de San Pedro
Si el tiempo lo permite, merece la pena acercarse a visitar las ruinas de Villacreces, un despoblado de mediados del siglo XX que pertenece al Ayuntamiento de Santervás y que anuncia de forma lúgubre lo que el futuro deparará a los pueblos de Tierra de Campos. Se puede ver como "la tierra vuelve a la tierra". Tapial y adobe que se van fundiendo de nuevo con el terreno volviendo a su ser primitivo.
Santervás: Despoblado de Villacreces
En Santervás se puede admirar el arte que atesora en su interior su Iglesia Parroquial de San Gervasio y San Protasio, una de las joyas que perduran de las pequeñas iglesias y ermitas cristianas de la repoblación de esta zona. Edificada sobre un privilegiado mirador, ya desde fuera los tres ábsides que forman su monumental cabecera y los ricos capiteles que los decoran, nos hace imaginar el tesoro que podemos contemplar en su interior, donde destaca sobremanera un bello Cristo románico del siglo XII.
Santervás: Cristo románico
Continuamos nuestra visita por Santervás ante la estatua de su paisano más ilustre: Juan Ponce de León, quien naciera en este pueblo en 1460 y fuera el descubridor de la Florida y fundador de la ciudad de Cáparra (famosa por sus ruinas), buscando las fuentes de la eterna juventud.
Santervás: Escultura de Ponce de león
Sobre la parte más alta destaca una casona del siglo XVI, antiguo priorato benedictino, que ha sido rehabilitada como albergue de peregrinos. En el bar tienda de Santervás se puede saborear el vino local que desde 2006 elaboran Sani y Nuria, denominado Lunas de Ponce con las variedades autóctonas de Prieto Picudo, Tempranillo y Malvasía.
Terminamos la mañana como no podía ser de otra manera visitando el pueblo cabeza de partido y otrora famoso: Villalón. Allí podemos visitar el museo del calzado, homenaje a Victorino Vibot, al que se accede desde la zapatería Vibot en la calle de la Rúa, dedicado a la industria y artesanía del calzado, tan relacionado con algunos pueblos de la zona como Villalón y Villarramiel.
Villalón: Museo del calzado
Antes de tomar un pequeño refrigerio donde Lalo nos hicimos las obligadas fotos con la estatua de la quesera, la iglesia de San Miguel y el Rollo que hiciera famosa la coplilla:
"Campanas, las de Toledo;
iglesia, la de León;
reloj, el de Benavente;
y rollo, el de Villalón".
Villalón: El Rollo
Es un poco triste ver como un pueblo tan importante como lo fuera Villalón, famoso por sus mercados ya desde el siglo XV y sus quesos de "patamulo" haya sufrido una pérdida de población tan alta, lo que no quita que se puedan contemplar aún vestigios de su grandioso pasado con multitud de casonas en sus calles más emblemáticas como son la Rúa, el Pescado o la del Otero.
La tarde la podemos dedicar a descansar en Villafrades, visitando los típicos palomares, cuyos vestigios salpican la geografía y el paisaje de nuestro pueblo, integrándose como un elemento más del mismo. Su abandono amenaza con llevarlos a la ruina, y acabar de esta forma con la estampa más emblemática de Tierra de Campos y que durante siglos sirvieron como un complemento añadido a la economía familiar. Los palomares y las filigranas de sus cresterías son un símbolo de nuestro territorio terracampino y que esperemos que exista el compromiso, no sólo de sus dueños, para conservarlos y evitar su desaparición.
Villafrades: Palomares y ruinas de palomar
No podía faltar tampoco la visita a nuestra iglesia parroquial de San Juan Evangelista y el pequeño tesoro que custodiamos en su interior; el museo Eclessias Albas, que nace por iniciativa de Amparo París (otra galeriana) que conserva una buena colección de tallas muy deterioradas que proceden de las distintas iglesias que existieron, ornamentos, ropas litúrgicas y los fondos de las disueltas cofradías.
Villafrades: Museo "Eclessias Albas"
Ponemos punto y final a la jornada, visitando nuestro pequeño bar "El Sindi", donde tomamos el último refrigerio.
Espero haber hecho grata y amena esta jornada terracampina, a mis amigos, pues no es fácil mostrar algo deslumbrante de esta tierra tan pobre como desconocida que es Tierra de Campos, pues quizás lo más destacable de ella se esconde tras la silueta sencilla de su rusticidad.
Regreso a Rutas Trotamundo